sábado, 6 de octubre de 2007

La foto de papá



Yo no sé por qué no estás. O sí lo sé, porque mamá me dice que estás trabajando para que nosotros podamos comer. Nosotros que somos LA familia, dice. Y yo trato de no necesitarte, te lo juro, pero me da rabia porque te necesito. Y porque todos los papás de mis amigas están en la casa; y van a la escuela a buscarlas; y los domingos pasean con los papás por 18 de Julio; y van al cine y les compran helados.
Y yo no. Vos que sos mi papá no estás.
Y yo tengo que andar explicando que trabajás “en las carreteras”, por eso no venís, porque tenés que andar por todos los caminos viejos haciendo caminos nuevos para que la gente pueda visitarse cuando viven lejos.
Dice mamá que tengo que ser buena porque si no Dios me va a castigar, y que si soy buena puedo rezar y pedirle deseos a Dios para que me los cumpla, y que él lo va a hacer sólo si soy buena.
¿Sabés qué le pido a Dios?
Todos los meses, pocos días antes de que me den el carné en la escuela, le pido a Dios que vos estés en casa y me lo puedas firmar.
¡Qué no daría por ver tu firma, la firma de mi papá, en el carné de la escuela! Es que a mis amigas el carné se lo firma el papá, yo soy la única que lo lleva firmado por la mamá. Porque vos no estás, papá. Nunca estás.

Fue por eso que agarré tu foto. No sé, lo hice sin pensar. La vi el la caja de las fotos de mamá y se me ocurrió llevarla a la escuela para mostrarle a todo el mundo que este es mi papá. A Teresa, que siempre se burla porque ella se pasea oronda de la mano de su papá, y a la maestra, sobre todo a la maestra que siempre mira para ver quién me firma el carné, sobre todo a ella para que viera que sí tengo papá. ¡Estás tan lindo con tu traje blanco en la foto! Y con tu sombrero de señor.

Mamá se enojó mucho cuando se enteró de la foto.
Me pegó con rabia un golpe en la cabeza, me agarró del pelo y me zarandeó mientras me gritaba. Estúpida, me dijo, no te das cuenta que esa es una foto vieja, me dijo.
Entonces yo le expliqué lo del carné, pero se puso peor. Le quise seguir explicando para que me entendiera bien, para que entendiera que yo a ella la quiero más que a nada y a nadie, pero fue peor. Dejó de gritar, me miró con mucha rabia y me dijo que Dios no me cumplía el deseo porque yo soy mala.
Y que vos no estás porque yo soy mala.
Por eso Dios no me cumple el deseo.
Eso me dolió mucho porque no quiero ser mala, pero no sé cómo hacer.
¿Qué te hice papá?

2 comentarios:

Cecilia dijo...

Me morí de amor y pena por este relato.

Gracias por visitar mi blog y dejar en él palabras tan bonitas. Ojalá yo fuera más entendida en las letras y pudiera dejarte más.

Anónimo dijo...

Katilú!! Dan ganas de salir corriendo y abrazarte:así de bien escribís.:)
Beso!!!