Tengo en la piel regusto de estrellas.
Por ojos dos eclipses mal disimulados. Uno de sol, otro de luna.
Constelaciones enteras se anudaron a mis caderas y la cruz del sur, por cruz y por sur, en mi espalda marca el centro de la tierra.
A veces me siento tan vieja como el universo.
viernes, 26 de junio de 2009
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